¿Como se clasifica la química?
La química se subdivide convencionalmente en seis ramas principales o subdisciplinas de la química:
Química inorgánica.
Se dedica al estudio de la materia desde el punto de vista de sus propiedades eléctricas, magnéticas y ópticas, tomando en cuenta la totalidad de los átomos de la tabla periódica, pero particularmente los que forman compuestos como ácidos, bases, sales e iones y también metales.
Química orgánica.
Se dedica al estudio de la materia orgánica, o sea, de aquella que tiene al carbono y al hidrógeno como elementos fundamentales, y que forman largas cadenas con propiedades únicas. Estos compuestos son, además, particularmente importantes para la química de los seres vivos.
Bioquímica.
Se dedica al estudio de las sustancias que componen a los seres vivos, así como de las reacciones que tienen lugar dentro de ellos. Posee fronteras en común con la medicina, con la genética y con la neurología, entre otros campos del saber biológico. Por lo tanto, se la considera un punto de contacto entre la química y la biología: la química de la vida.
Química física o fisicoquímica.
Se dedica al estudio de las bases físicas de los procesos y fundamentos físicos, o sea, que estudia la materia desde un punto de vista a la vez físico y químico, como su nombre lo indica. Entre sus áreas de estudio principales figuran la termodinámica química, la cinética química, la electroquímica, la espectroscopía y otras especialidades que son resultado del cruce entre física y química.
Química industrial.
Se dedica al estudio de los métodos de producción industrial de sustancias químicas, es decir, para producir sustancias químicas en grandes cantidades, y así comprender cómo estos métodos de producción pueden hacerse más eficientes, menos contaminantes y más rentables económicamente. Esta rama es particularmente útil para la investigación y elaboración de nuevos materiales.
Química analítica.
Se dedica al estudio de los métodos de detección de sustancias químicas a partir de diferentes tipos de muestras. Esta detección puede consistir en la identificación (saber de qué sustancia se trata, y por ende, nombrarla) o la cuantificación (saber en qué proporciones se encuentra la sustancia en la muestra) de un elemento o un compuesto químico determinado.
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